REPRODUCCIÓN


UNO de los aspectos de las aves, que más han atraído la atención además del vuelo, es lo peculiar, conducta reproductiva. Muy importante es que la reproducción, en la mayoría de las aves, es estacional, es decir, se lleva a cabo durante una época definida del año. Esto se observa claramente en la primavera, cuando casi todas las especies de aves se encuentran cantando y trabajando activamente en conseguir material para sus nidos.
El inicio de la etapa reproductiva está marcado por profundos cambios fisiológicos que se piensa son disparados por algunos factores del ambiente. Por ejemplo, las aves que viven en el norte de América resultan afectadas por los cambios de duración del día en las diferentes estaciones del año, de ahí que el inicio de la reproducción coincida con la llegada de la primavera, cuando los días se hacen más largos con respecto al invierno. Por el contrario, en las aves que viven en los desiertos de Australia es la llegada de las lluvias (que puede tardar a veces más de un año) la que propicia el inicio de la etapa de reproducción. Las aves que viven en los trópicos no distinguen los sutiles cambios de duración del día, porque casi no los hay, ni las lluvias, porque llueve todo el año, entonces son capaces de reproducirse varias veces en un año y los factores que lo propician aún no son bien conocidos. Esta sincronización asegura que cuando los pollos nazcan, los recursos alimenticios en el ambiente (insectos, semillas y frutos) sean los suficientes para garantizar su crecimiento.

Cualquiera que sea el factor que da inicio a la reproducción, las aves responden a él con cambios fisiológicos extremos. Las hormonas del cerebro, principalmente las provenientes del hipotálamo, estimulan a los diferentes órganos del cuerpo, especialmente los sexuales, los cuales entran en gran actividad. Los testículos de los machos aumentan de tamaño hasta diez veces más en relación con las etapas no reproductivas, y los folículos en los ovarios de las hembras empiezan a crecer hasta presentar la apariencia de un racimo de uvas. Las gónadas también empiezan a producir hormonas que a su vez estimulan el desarrollo de conductas muy particulares para atraer una pareja y comenzar la anidación.

UN LUGAR PARA REPRODUCIRSE

El primer suceso que se produce es la obtención de un territorio. Este comprende un área que el ave defiende contra miembros de su misma especie principalmente, así como contra depredadores y otros invasores. El territorio debe ser un área en la cual exista un lugar seguro para establecer el nido, además, debe estar cerca de una fuente de alimento para los pollos y los padres. Los territorios en las aves varían mucho de acuerdo con sus necesidades. Algunas especies como los cardenales y gorriones, demarcan un territorio grande, dentro del cual van a realizar todas las actividades de la reproducción y obtener todo su alimento. Otras como los tordos y las calandrias, establecen un territorio grande, pero parte del alimento va a ser obtenido fuera de él. El tamaño del territorio es, por lo tanto, variable dependiendo de la especie y sus necesidades, las aves de presa necesitan territorios de muchos kilómetros cuadrados, mientras que las especies pequeñas sólo de algunas decenas de metros cuadrados.

Existe otro tipo de territorio, muy pequeño, que sólo abarca una pequeña área alrededor del nido. éste es muy frecuente en las aves marinas como las gaviotas y golondrinas de mar, las cuales se reproducen en colonias grandes y muy pobladas; para establecer su límite territorial, algunas de estas aves se ven de frente y se mantienen a una distancia tal que no se toquen sus picos.

Algunas aves polígamas, como los turquitos de América tropical y los pájaros boyeros de Australia defienden territorios en los cuales únicamente se desarrollan actividades de atracción de pareja y copulación, estas áreas se llaman arenas, y dejan de ser defendidas después del apareamiento.

El territorio es establecido y resguardado por el sexo dominante. Por lo general son los machos los que participan activamente en estas tareas, aunque en los falaropos y las jacanas corresponden a las hembras. Un individuo territorial por lo general va a estar colocado en lugar visible, desde donde puede observar su territorio y avistar cualquier intruso que se aproxime. Los métodos de defensa son variados, por ejemplo, un macho estará cantando continuamente para avisar que se encuentra en su territorio y que atacará a cualquiera que se atreva a penetrar en él. Otras aves se colocan en un lugar visible y adquieren posiciones agresivas, como por ejemplo haciendo evidentes los parches de color vivo que tienen en las alas o cola, como el tordo charretero de los cañaverales de México. Si después de esto algún intruso entra al territorio, el dueño llegará hasta la agresión física para desalojarlo. Cabe mencionar que los territorios son muy frecuentes durante la época reproductiva, pero algunas especies los defienden durante todo el año, por ejemplo, territorios de alimentación y los sitios de dormir o de escondite.

 

 


LOS SISTEMAS DE APAREAMIENTO

 
Los grupos reproductores que integran las aves pueden ser de tamaño variado dependiendo del número de individuos de cada sexo participantes, esto se conoce científicamente como sistema de apareamiento. El más común es la monogamia, en la cual participa sólo un individuo de cada sexo, es decir una pareja. Los patos, cisnes, loros, palomas, aves de presa y la gran mayoría de las aves canoras forman parejas de duración variable.

Sin embargo, también es frecuente encontrar grupos formados por más de dos individuos, a lo que se le llama poligamia. Se reconocen dos tipos de poligamia; el primero es la poliginia, en la cual un macho se aparea con varias hembras. En algunas ocasiones, el macho mantiene juntas a varias hembras durante toda la época reproductiva como es el caso de las avestruces. Otras aves poligínicas son capaces de copular con muchas hembras durante el ciclo reproductivo; sin embargo, no participan en las labores de anidación y cuidado de los pollos ni defienden su nido o territorio como lo hacen muchos colibríes, turquitos y guacos.

El segundo es la poliandria, que es la situación contraria, pues en ella una hembra se aparea con varios machos y también, en ocasiones, los mantiene juntos en un harén. Las jacanas hembras forman un harén de hasta cuatro machos con los que copulan; los huevos fertilizados en cada cópula son depositados en diferentes nidos del harén. Cada uno de los machos es responsable de cuidar un nido, alimentar y educar a los pollos que en realidad son una mezcla de sus hijos y los hijos de los otros machos. Otras especies como los alzacolita y los falaropos también son poliándricas, sin embargo las hembras solamente se aparean con un macho a la vez, aunque tienen varias parejas cada estación reproductora.

Un caso aparte dentro del sistema poligámico es la promiscuidad. Se pensaba que estos grupos reproductivos formados por varios machos y hembras se apareaban indistintamente, manteniendo un nido comunal como lo hacen los ticús o garrapateros, especie común en México. Se ha observado recientemente que en realidad este sistema consiste en varias parejas monógamas que ponen sus huevos en un nido comunitario, por lo que los pollos son cuidados indistintamente por todos los padres.


EL PROBLEMA DE ENCONTRAR PAREJA

Para iniciar el rito de la reproducción, las aves recurren a una serie de señales dirigidas a encontrar su pareja y realizar la copulación. Las señales generalmente pueden ser muy complicadas, e incluyen cantos, posiciones, bailes, vuelos, ruidos producidos con objetos, las alas o la cola y, a veces, ofrecimiento de regalos. A esta serie de patrones de conducta que tienen por objeto reunir a los sexos, se le da el nombre de desplante (display), y a la actividad de atraer a la pareja, cortejo. Éste tiene características muy particulares en cada especie, lo que asegura que un individuo sólo reconocerá el patrón de cortejo de su misma especie, evitando así entrecruzamientos híbridos. En algunos casos, el cortejo puede ser muy sencillo, pues la hembra es atraída por el canto del macho hacia el territorio, se produce la copulación y la pareja inicia otras actividades como la construcción del nido y la puesta. Los patos y los zambullidores realizan su cortejo en el agua y nadan siguiendo patrones particulares o realizando carreras sobre el agua. Sin embargo, en algunas aves los cortejos son muy complicados. Los ptilonorrincos o boyeros, aves australianas, construyen una estructura llamada boya (bower), que muchas veces tiene la forma de una pequeña casa (tanto que los primeros exploradores europeos pensaron que eran construidas por enanos o duendes), alrededor de la cual colocan objetos (papeles, pedazos de tela, corcholatas) de colores variados: azul una especie, rojo otra, blanco otra; inclusive una especie "pinta" las paredes de su boya con frutos, lo cual atrae a la hembra irremediablemente hacia la boya donde se realiza la cópula . Ofrecer regalos no es exclusivo de los boyeros, las grandes aves de presa, como algunas águilas, realizan el cortejo al vuelo, siendo la culminación del desplante regalarle a la hembra una presa mientras el macho vuela de espaldas. Los abejarucos de Europa y Asia regalan un insecto a la hembra dentro del nido, lo cual hace que ésta se disponga a copular, es la alimentación de cortejo.



 

 

 

 

 

Boyas utilizadas por los pájaros ptilonorincos australianos para atraer su pareja.

Turquitos, colibríes y guacos realizan un tipo de cortejo muy particular que recibe el nombre genérico de lek. Se efectúa en un territorio pequeño llamado arena, en la cual se reúnen varios machos a realizar sus desplantes. Las hembras, por lo general, se mantienen alrededor de la arena observando a los machos realizar su ritual, apareándose con el que realizó el mejor acto. Uno de los resultados lógicos de este sistema es que existe un macho, llamado dominante, el cual se aparea con la mayoría de las hembras, por lo que machos menos experimentados se aparearán con pocas o ninguna. Los rituales del lek llegan a ser muy complejos; en algunas especies de turquitos los machos forman una fila y religiosamente esperan su turno para realizar su desplante, que consiste en vuelos acrobáticos produciendo sonidos con las alas. Lo anterior fue estudiado con gran detenimiento en Brasil por el investigador alemán Helmut Sick.
En México los turquitos toledo realizan este tipo de rituales en arenas de 15 a 25 metros cuadrados, rodeadas de arbustos desprovistos de hojas y en suelo desnudo. Las hembras llegan a la arena primero y atraen con llamadas a los machos cercanos, quienes realizan bailes que consisten primero en saltos bruscos de rama en rama por arriba y alrededor de la hembra, además de saltos verticales cada vez más frecuentes y emitiendo llamadas particulares. Todos los machos realizan su desplante al mismo tiempo hasta que la hembra sale volando y es seguida por el macho que se encuentra más cercano. Es entonces cuando los demás machos suspenden sus desplantes y la hembra realiza la cópula.
Una vez conseguida la o las parejas, la duración de las relaciones varía de acuerdo con las diferentes especies. Algunas sólo están juntas durante la copulación, siendo las hembras las encargadas de construir el nido, incubar los huevos y cuidar a los pollos, mientras que los machos posteriormente se aparean con otras hembras. Esto es frecuente en varios grupos de aves polígamas como los colibríes y los turquitos.
Los patos frecuentemente permanecen como pareja durante un corto tiempo, generalmente hasta que la hembra acaba de poner los huevos e inicia la incubación. Muchas de las especies monógamas y varias polígamas se mantienen juntas durante toda la etapa reproductiva, separándose una vez que los pollos han alcanzado la independencia. Sin embargo, existen aves que conservan su pareja durante toda la vida; lo hacen así las grandes aves de presa, los cisnes y los cuervos.

EL NIDO

LA CONSTRUCCIÓN DEL NIDO

La selección del lugar de anidamiento y la construcción del nido constituyen acontecimientos de gran importancia en la biología de las aves, pues el nido va a ser el sitio donde se desarrollen las actividades de puesta de huevos, incubación y cuidado y crianza de los pollos hasta que sean independientes, por lo que debe reunir condiciones de seguridad contra depredadores y las inclemencias del tiempo. Generalmente se trata de una estructura construida o acondicionada por los padres, aunque en ocasiones puede ser utilizada solamente una eminencia natural del terreno. Los padres construyen los nidos con el material disponible en la zona (ramas, hojas, pelo) y los cubren por dentro con una capa de plumas, pelo u hojas pequeñas para proporcionarle calor a huevos y pollos. Cuando los nidos están en lugares visibles, son cubiertos exteriormente con líquenes o ramas sueltas para esconderlos de los depredadores. Aunque generalmente la tarea de construir el nido la desarrolla la pareja, puede ser sólo uno de los padres el que la realice, mientras el otro surte el material, defiende el territorio, o sencillamente no participa.

Los nidos de las aves son muy variados en forma y localización. Existen algunas que no construyen nidos, y colocan los huevos simplemente en una depresión del suelo, como los tapacaminos, en una roca saliente en las alcas, o bien son transportados en un pliegue de la piel situada entre las patas, como lo hacen los pingüinos emperadores.
Otras aves anidan dentro de agujeros naturales, como los formados entre las rocas (algunos petreles, rabijuncos y saltaparedes) o los que se producen en los árboles al romperse las ramas (algunos papamoscas, golondrinas y cálaos). También existen especies que fabrican los huecos en donde colocan su nido, tal es el caso de la mayoría de los pájaros carpinteros, quienes perforan los árboles, o los cavan en el suelo o la pared, como algunos petreles, momotos y golondrinas, o dentro de un termitero, a la manera de los martines pescadores y los loros atoleros. Algunas especies utilizan los nidos o cavidades fabricadas por otros pájaros o animales, entre ellos los búhos madrigueros que utilizan los agujeros que cavan los perritos de las praderas, las tuzas y otros mamíferos, o los trogones que aprovechan los nidos vacíos de los pájaros carpinteros.

Cuando el nido es una estructura construida, puede tener varias formas y sitios de colocación. La forma general de nido que conocemos por las ilustraciones y caricaturas es llamada nido de copa abierta, pues es una estructura en forma de media esfera. Los albatros y otras aves marinas solamente acomodan algo de material en una depresión en el suelo que les sirve de nido, mientras que los somormujos construyen una copa flotante en el agua; las golondrinas y algunos vencejos construyen su copa pegada a una pared, en tanto que gran cantidad de aves lo fabrican en la horquilla de los árboles y arbustos o colgantes, como las calandrias y oropéndolas.

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Diversidad de nidos en las aves. (A) Nido de alca en una saliente rocosa; (B) nido de una oropéndola; (C) nido en copa de colibrí hecho de telarañas; (D) nido de saltapared en un agujero y (E) nido colgante en domo de papamoscas.


Si el nido, además de tener una base es construido con un "techo" y paredes, recibe el nombre de nido en domo, éstos son especialmente frecuentes en las regiones tropicales. Pueden ser construidos dentro de cavidades en los árboles o en el suelo, colgantes o tejidos entre ramas y pastos. Especialmente famosos son los nidos de las golondrinas risqueras en México y los horneros de Argentina, los cuales están hechos de lodo en forma de olla o de horno de pan. Otros nidos con domo notables son los que construyen los pájaros sastre, los cuales fabrican su nido en una hoja, cosiéndola con telarañas para usarla como techo. Los campeones constructores de nidos en domo son los pájaros tejedores de África, pues construyen nidos de gran tamaño tejidos de diversos materiales. Incluso, ciertos pájaros tejedores construyen lo que se llama nidos comunales, verdaderos condominios compuestos de varias cámaras de anidamiento para varias parejas.




 

 

 

 

 

 

 

Nido comunal del pájaro tejedor social del África. Se observan las entradas a cada una de las cámaras individuales.

Más interesante es el hecho de que algunas aves colocan sus huevos en los nidos de otras especies. Por ejemplo, el papamoscas pirata molestará a una pareja de calandrias hasta que ésta abandone el nido que ha construido para él ocuparlo. Por otro lado, existen aves como los tordos de ojos rojos, llamadas parásitas, que depositan sus huevos en los nidos de otras especies, llamadas hospederos, que son los que cuidan los pollos. Hablaremos de esto posteriormente.

 

ESTRUCTURA DEL HUEVO


Una vez que el nido ha sido construido, la hembra debe proceder a poner los huevos ya fertilizados. El huevo es una estructura sumamente importante, pues ha sido en gran parte la causa del éxito de las aves. El huevo de las aves se llama huevo amniótico, lo que quiere decir que se trata de una envoltura que rodea al embrión y está formada por varias membranas anexas. La más importante es el amnios, que es una bolsa llena de líquido dentro de la cual se desarrolla el embrión. La aparición de esta membrana constituyó un suceso importantísimo en la evolución de los vertebrados terrestres, pues permitió que los huevos fueran colocados fuera del agua sin que el embrión se deshidratase. La otra membrana anexa se llama alantoides, y es una bolsa en la cual se van a depositar los productos de desecho del embrión evitando así su intoxicación.


Sin embargo, estos anexos embrionarios solamente son visibles cuando el embrión lleva ya algunos días de desarrollo. Un huevo recién puesto tiene una estructura muy interesante. Lo más evidente es que dominan dos sustancias, una transparente (clara o albumen) y una de color amarillo o rojizo (yema).

La yema está compuesta de una mezcla de proteínas, grasas y carbohidratos disueltos en agua, envuelta en una membrana llamada vitelina. Su función principal es proveer al embrión de las sustancias nutritivas necesarias para su crecimiento, es decir, constituye su alimento durante el desarrollo dentro del huevo. La yema está formada de capas concéntricas de yema pigmentada (amarilla o rojiza dependiendo de la dieta del ave) y yema blanca. Cuando rompemos un huevo, en la parte superior de la yema se puede ver un pequeño punto blanco llamado blastodisco; éste es el óvulo propiamente, a partir del cual se desarrollará el embrión. La membrana vitelina rodea a la yema y evita que se mezcle con el albumen, además de tener un papel importante en la permeabilidad de los espermatozoides.

El albumen es una masa gelatinosa transparente que ocupa gran parte del volumen de un huevo, formada en su mayor parte de proteínas, y sus funciones son evitar las invasiones de microorganismos, proveer al embrión de agua y proteínas en las etapas finales del desarrollo y, desde luego, prestar protección contra golpes o caídas, que puedan afectar al embrión. Si observamos con detenimiento la clara de un huevo abierto veremos que se encuentran dentro de ella dos estructuras similares a cuerdas enrolladas formadas de proteínas, se llaman calazas y su función es mantener la yema en el centro del huevo.

Las cubiertas externas del huevo son las membranas y el cascarón. Las membranas son dos capas fibrosas, elásticas, constituidas de proteínas y lípidos, que rodean todas las estructuras internas del huevo. El cascarón es la cubierta más externa, caracterizada por tener minerales depositados, principalmente calcio, lo que hace que los huevos de las aves sean rígidos, no blandos como en los reptiles u otros vertebrados ovíparos como los ornitorrincos. Tanto el cascarón como las membranas son porosos, permitiendo la respiración y el intercambio limitado de sustancias entre el exterior y el interior.



 

 

 

 

 

 


Esquema de un huevo mostrando sus diferentes estructuras.

La presencia de todas estas capas y la forma general del huevo producen una estructura de gran rigidez. Se ha calculado que un huevo tiene una resistencia similar a la de una roca blanda, como una lutita; para comprobarlo intente romper uno presionando sus extremos; se evita así que el huevo se rompa por el peso de quienes lo incuban.


DIVERSIDAD DE HUEVOS EN LAS AVES

Una de las características importantes del cascarón del huevo es que por lo común posee una determinada cantidad de pigmento. Las gallinas, las palomas, los búhos, los vencejos, los loros y los colibríes ponen huevos totalmente blancos. Los tinamúes ponen huevos de colores pastel con una superficie brillante, como porcelana. Sin embargo, la mayoría de las aves ponen huevos pigmentados de color sólido (azul o verde) o densamente moteados. En este caso, cada huevo tiene un patrón individual aun dentro de la misma especie, lo que permite a los padres reconocer los propios.
La forma general de los huevos varía con los diferentes grupos, pudiendo ser esféricos, ovales, elípticos o piriformes. Lo anterior se halla en función del lugar donde las aves tienen su nido. Los huevos piriformes son frecuentes en las aves que anidan en los riscos, como las alcas, así el huevo al moverse, solamente describirá movimientos circulares sin caerse. Por el contrario, vamos a encontrar huevos esféricos en las aves que anidan en los huecos, como los búhos, pues no existe el peligro de que caigan.
La variación en el tamaño del huevo de las aves es tan amplia, que va desde una longitud de 1 cm en algunos colibríes, hasta el enorme huevo del avestruz, que puede contener un litro. El tamaño del huevo es proporcional al de la especie, sin embargo, kiwis y colibríes ponen huevos muy grandes en proporción de su tamaño. El huevo más grande que se conoce es el de las extintas aves elefante de Madagascar, el cual medía más de 35 cm de largo. Algo interesante es que los huevos de las aves cuyos pollos nacen autosuficientes, como las gallinas y los patos, son mayores y con mayor cantidad de yema que los de especies similares cuyos pollos nacen desvalidos y necesitan un mayor cuidado de los padres al nacer.



 

 

 

Variedad de formas y coloración de huevos.

 

 

 

¿CUÁNTOS HUEVOS PONE UN AVE


El número de huevos que deposita un ave en cada puesta esta determinado por diversos factores evolutivos. El investigador inglés David Lack descubrió que un ave es capaz de poner tantos huevos como pollos pueda criar hasta que sean independientes. Esto es, si pusiera más huevos de los que puede cuidar, gastaría mucha energía y pocos, o ninguno, sobreviviría. Por el contrario, si pone menos, perdería la oportunidad de dejar más descendencia con sus genes. Esta explicación ha ayudado a comprender por qué las aves tienen diferentes números de puesta de acuerdo con el ambiente en que viven (si hay pocos recursos disponibles, ponen menos huevos) o si tienen que invertir mucho tiempo y energía en cuidar a los pollos (aves muy grandes). Por ejemplo, los albatros, los pingüinos y las grullas ponen sólo un huevo, pues sus pollos necesitan de muchos cuidados al nacer y por mucho tiempo; bubias, palomas, colibríes y muchas aves de percha ponen dos; cuatro o cinco es la nidada común de las aves de las zonas templadas; mientras que las gallináceas y los patos pueden poner nidadas de hasta 15 huevos.
Una hembra va a responder visualmente al número de huevos que pone, lo que quiere decir que dejará de poner una vez que la nidada esté completa. Algunas aves tienen la capacidad de reemplazar huevos si, por ejemplo, se les sustrae experimentalmente uno. Se ha comprobado que algunas especies de carpinteros pueden reemplazar hasta 70 huevos en condiciones experimentales. Sin embargo, muchas especies no, y una vez que han puesto toda su nidada, no podrán sustituir el que se pierda.

Los huevos se ponen en intervalos determinados. Generalmente el primero es puesto al finalizar la construcción del nido o unos días después. Los siguientes en intervalos de un día, aunque algunas especies los ponen cada 48 horas o más, hasta que la puesta está completa.

INCUBACIÓN


Se llama incubación el proceso por el cual las aves transmiten calor a los huevos para permitir el desarrollo de los embriones. Cuando se inicia la etapa reproductiva, el o los padres que incuban van a desarrollar un parche de cría, que se forma al perderse las plumas del pecho; la piel se engruesa y empieza a crecer gran cantidad de vasos sanguíneos, lo que le da mayor calor a esta área del cuerpo. Esta parte desnuda va a ser colocada directamente sobre los huevos y los pollos para darles calor. Las bubias no desarrollan un parche de cría, sino que cubren los huevos con sus enormes patas totipalmeadas y posteriormente se sientan sobre ellas.

La incubación se inicia en la mayoría de las especies una vez que toda la puesta está completa, por eso observamos que todos los patitos de una nidada son del mismo tamaño. Pero algunas especies incuban desde que es puesto el primer huevo, de modo que pueden encontrarse nidadas con pollos en diferentes etapas de desarrollo, como en el caso de las bubias y las fragatas, entre otras aves.

 

 

 

 

 

 

 

 


Parche de cría o incubación.

En Australia habita un grupo muy particular de aves llamadas megapódidas o pájaros incubadores. A diferencia del resto de las aves, las megapódidas no incuban sus huevos con el calor directo de los padres, sino que construyen un montículo de tierra y materias vegetales, o lo erigen cerca de una fuente de calor como un cono volcánico. El calor producido por la materia en descomposición o por el calor terrestre va a ser el que propicie el desarrollo de los pollos; los padres revisarán continuamente si el calor es el necesario introduciendo su pico abierto en el montículo y quitando o agregando material según sea necesario. Podemos observar que este tipo de incubación se parece mucho al que usan algunos reptiles, como los cocodrilos; los pollos de estas aves son completamente independientes al nacer y se valen por sí mismos.



 

 

 

 

 

 

 

 

Nido de los pájaros incubadores australianos.

La incubación puede ser realizada por uno o ambos padres. Algunas especies poligínicas y muchas especies monógamas, como las aves de percha en general y los patos, dejarán a las hembras el trabajo de la incubación. En los tinamúes, las jacanas, los kiwis y los emúes, son los machos los que desarrollan esta actividad. Ciertas aves comparten la incubación, turnándose el macho y la hembra a intervalos establecidos; por ejemplo, los pingüinos se alternan cada 24 horas. El tiempo de incubación es variable y se encuentra entre diez días y doce semanas; las gallináceas y aves de tamaño y hábitos similares tienen un periodo de incubación de tres semanas, aproximadamente, mientras que en las aves canoras es de dos semanas. Los campeones en tiempo de incubación son los albatros, algunos de los cuales incuban los huevos durante 80 días. Para asegurar que los huevos reciban el calor de manera uniforme, los padres frecuentemente los rotan ayudados de sus patas y pico.

 

NACIMIENTO Y CUIDADO DE LAS CRÍAS

Una vez que se ha cumplido el periodo de incubación, los pollos se hallan completamente formados y están listos para nacer (eclosionar) del huevo. Se puede pensar que para un pollito el cascarón constituye una barrera difícil para su nacimiento, pues tiene la cubierta muy dura. La evolución, y el cercano parentesco de las aves con los reptiles, ha dado como resultado la existencia de una estructura dura llamada diente de huevo, que crece en la punta del pico de los pollos, en una o ambas mandíbulas dependiendo de la especie. Este diente servirá para que el pollo comience a romper el cascarón y pueda salir. Después del nacimiento, el diente se pierde en unos días. Existe también en los pollos un músculo especial llamado de eclosión, que ayuda a ejercer presión contra el cascarón para romperlo.

Algunos pollos nacen cubiertos por una capa espesa de plumón, tienen los ojos abiertos, pueden caminar y alimentarse por sí mismos. A estos pollos se les llama precoces o nidífugos. Los pájaros incubadores o megapódidos son completamente independientes al nacer, sólo excavan su salida del montículo y comienzan su vida en el exterior. Los patos y algunas aves de playa siguen a sus padres pero se alimentan por sí mismos, mientras que los pollos de las gallináceas lo hacen pero los padres les muestran dónde encontrar alimento, o son alimentados por ellos, como en el caso de los zambullidores.
Si los pollos nacen desnudos, con los ojos cerrados o abiertos, pero permanecen en el nido y son alimentados por los padres por algún tiempo, se les llama pollos altriciales o nidícolas (porque permanecen en el nido). Algunos pollos altriciales nacen cubiertos de plumón, pero no pueden alimentarse por sí mismos, como los búhos y las aves de presa diurnas. Los más desvalidos de todos son las crías de las aves canoras y los colibríes. Estos pollos son cubiertos durante varios días por sus padres para darles calor .
Para despertar en sus padres el instinto de alimentarlos, los pollos se valen de una serie de señales. Por ejemplo, se ha visto que sus bocas son generalmente muy grandes y tienen colores muy vivos y estructuras fibrosas en el paladar; este patrón tan llamativo incita al padre a alimentar la boca hambrienta. También se ha estudiado que algunas gaviotas adultas, como la de patas amarillas del Golfo de California, tienen una mancha roja en la base del pico, y cuando el pollo está hambriento pica esta mancha y el padre regurgita el alimento.


La alimentación de las crías es variada dependiendo de los hábitos de la especie. Las aves de presa alimentarán a sus pollos con trozos de carne o presas completas. Las aves marinas regurgitarán pescado semidigerido, y la mayoría alimentarán a sus pollos con insectos. Los flamencos y las palomas producen un alimento especial, llamado "leche", el cual es una mezcla de alimento semidigerido con sustancias producidas por glándulas presentes en el buche; esta leche tiene color rojizo y es un excelente nutrimento.

 

 

 

 

 

 

 

(A) Diente de huevo; (B) pollo y (C) pollo precoz o nidífugo

 Las crías en crecimiento necesitan comer frecuentemente, pero esto varía desde las aves que las alimentan una o dos veces al día, como las aves marinas, los vencejos y algunas aves rapaces que realizan largos viajes para obtener alimento, hasta una vez por minuto, como algunas aves tropicales que tienen nidadas muy grandes. Curiosamente, se desarrolla una especie de competencia entre los pollos de un mismo nido para obtener el alimento. Tal comportamiento ha sido estudiado en detalle en aves acuáticas como las garzas y las bubias, las cuales tienen generalmente dos huevos en cada nidada. Generalmente va a haber un pollo más grande y fuerte que acaparará la comida cuando lleguen los padres, dejando a su hermano sin alimento a veces hasta morir, esta conducta lleva el nombre de fratricidio y ha sido interpretada, según el investigador de la UNAM Hugh Drummond, como una garantía, puesto que los padres quieren asegurarse de que al menos un pollo sobreviva; sólo sobrevivirá el más débil si el mayor muere.

Las crías necesitan que sus padres las alimenten, les proporcionen calor y las defiendan de los depredadores por algún tiempo. Las aves grandes tienen que cuidar a sus pollos más tiempo que las pequeñas y el final de la etapa de cuidado paterno es cuando los pollos han adquirido ya la capacidad de volar. Los cisnes, por ejemplo, permanecen con sus padres hasta dos años, aun cuando antes del primer año tienen ya la capacidad de volar. Los cuidados que los padres dan a los pollos pueden llegar al extremo de llevarlos con ellos a todos lados. Los zambullidores y los colimbos llevan a sus crías montadas sobre ellos, como si fueran un barco, durante sus expediciones en busca de comida; el eminente ornitólogo mexicano Miguel Álvarez del Toro descubrió que el pájaro cantil lleva a sus crías en unas bolsas de piel, como las de los canguros, debajo de las alas.
Los pollos irán creciendo y preparándose para abandonar el nido y llevar una vida independiente. Cuando están a punto de hacerlo, empiezan a brincar y a mover sus alas, un ejercicio necesario para desarrollar fuerza en los músculos de vuelo. Sin embargo, abandonar el nido es un riesgo muy grande puesto que no tienen la suficiente experiencia para defenderse y escapar, éste es un momento crítico de su ciclo de vida. Una vez que se realiza el primer vuelo, el ave está lista para entrar, con todos sus riesgos, a la lucha por la existencia y, por lo tanto, iniciar un nuevo ciclo reproductivo.

PARASITISMO


Se les llama parásitos de nido y son especies que depositan sus huevos en los nidos de otras aves, los huéspedes u hospederos, dejando que ellos incuben y cuiden a las crías. Los parásitos se encuentran entre varios grupos de aves, como los patos, varias especies de gorriones tejedores, los indicadores y las calandrias y tordos. Pero el grupo parásito por excelencia es el de los cucús y los garrapateros.

Los parásitos han desarrollado varias adaptaciones con el fin de ajustarse a su tipo de vida. El tiempo que tardan en poner un huevo es muy corto, lo que les permite depositarlo en el nido del huésped al menor descuido, ayudados a veces por la pareja, la cual se encarga de molestar al dueño del nido para alejarlo. Las hembras tienen una cloaca protráctil, la cual puede penetrar en nidos pequeños o en huecos. Han copiado la forma y coloración de los huevos del huésped, sus pollos se parecen también a los de él, tanto que han mimetizado los patrones de color dentro de la boca, aunque los adultos sean muy diferentes. Los pollos de algunos parásitos, como los cucús y los indicadores, nacen antes que los del huésped y tiran los huevos del nido o matan a los pollos que ya han nacido.

Esta forma de vida es muy conveniente, pues ahorra energía a los parásitos y les permite tener un gran número de descendientes en poco tiempo. Son famosas las ilustraciones que muestran un pollo de cucú que es alimentado por un padre hospedero casi diez veces menor en tamaño. A pesar de que algunos parásitos son específicos, es decir que solamente parasitan a otra especie, otros tienen gran variedad de hospederos.

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